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29 de marzo de 2013
Semana Santa
"Que te diviertas en la Madrugá" y con ese deseo se despidió de mí. Apago la pantalla del móvil y pienso lo que llevaba pensando toda la semana...la Semana Santa siempre duele, no hay que darle vueltas, es así.
En Andalucía vivimos con pasión lo bueno y lo malo. Lo vivimos así los que amamos esta tierra, sus culturas que hacen la nuestra, sus incongruencias, sus giros, sus tradiciones, sus manotazos.
Hay muchas maneras de vivir la Semana Santa pero todas tienen un punto común...la fe. Algunos creen en Cristo, otros en la Virgen, en la medalla del abuelo, en el esfuerzo costalero, en los hermanos de un día, en los hermanos de 50 años, en lo que les enseñaron sus padres, en la belleza de sus formas. Es fe, es devoción y pasión, no está hecha para ser entendida, sólo para ser vivida y, al que no le llegue, admirada o simplemente ignorada.
Mi Semana Santa duele porque ahora me ata a ella con más fuerza; la mano que antes se apoyaba en mi hombro ya no está, miro hacia arriba, siento el compás de unos pasos cortos y una levantá a pulso. Se para y vuelve a empezar. Llevo mi mano al hombro de forma inconsciente, sopla viento de agua, no había nadie pero no estaba sola.
La Semana Santa duele, no hay que darle más vueltas, es así y así debe ser.
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