Me quedo sin cartas; sin las viejas, las marcadas, las robadas, las nuevas y las codiciadas de mi oponente. Una mala tarde/noche la tiene cualquiera y la que escribe espera, con ansias, que vuelva el sol. El de verdad y el otro. Esa actitud ansiosa, habitual en mí y ahora aumentada 10X, está haciendo todo esto un poco más difícil e instructivo.
Querer que pasen cosas, buenas o malas, tiene su precio. Por ahora caro. No soy distinta de las demás...¿o sí?
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