Esponjas

No soy escritora, no soy músico, no soy pintora ni fotógrafa, no soy dramaturgo, no soy mentalista, psicóloga ni filósofo. No soy masculino ni femenino. No soy intensa ni liviana. No soy la alegría, no soy el desconsuelo. No soy madre, no soy cantante.

En mi cabeza viven letras, de mis manos sale música, del corazón sus matices  y de mi imaginación imágenes, escenas y diálogos. De las noches oscuras saco los "por ques" y los "por Dios". La mujer vanidosa se asoma y se engalana ante un "mírame a los ojos" y se esconde al subir al coche y hacer km y km y km. Ser más yo y menos yo es una asignatura de otro parcial, llorar de risa, reír por no llorar y pasar de la pequeña a la mayor. Mi cante sólo lo entiendo yo y  parece que por ahora a él le basta con eso.

No soy nada en concreto porque para concretar tendría que nombrar mi bibliografía y no es del todo mía ya que no pedí permiso para formarla; la he ido robando año tras año, sin pagar derechos de autor ni dar indemnizaciones a aquellas personas que dejaron lo que quisieron mostrar. Ojo, que el mantenimiento es duro, las estanterías del corazón son muy puñeteras de visitar e imposibles de limpiar.

Pero hay cosas mías, que siempre fueron mías, que siempre lo serán. Mis canciones, mis melodías, mis películas, mis rincones, mis lecturas. Los comparto pero no los cedo.

Era mía, qué casualidad que tuya también, quiero recuperarla. Me lleva a ti y no debe, suéltala.