incondicional

Me quita todo y yo se lo consiento, aunque, en realidad, no tengo más remedio. Entra en mi casa y ocupa todo el espacio, respira todo el aire y se adueña de todas las voluntades voluntariosas y las obligaciones "porcojoneras". Él es así y me tiene enganchada.
Ya ha destrozado mi iPod y, como yo SIEMPRE aprendo de mis errores, le he dado mi móvil para que mire todo lo que quiera y siga practicando, con él, el maravilloso arte de como poner a una mujer al límite. Que juegue con mis cremas lo tengo asumido. Abre mis cajones, sin preguntar...qué bien maneja los silencios!! y todo lo soluciona con una sonrisa, ¡¡una única sonrisa!!, pero..qué sonrisa...hace que parezca la bruja de blancanieves y él el jodido principe azul que solo iba al cajón para sacar el mata-brujas homologado de feber.
De la última contienda me llevé el labio sangrando y 2 lágrimas traicioneras...se acercó, me sonrió y se fue.
Nuestra relación es como esas en las que "uno quiere mucho y el otro quiere muy poco", lo admito,  y como toda ingenua pienso que, quizas, tal vez, con el tiempo cambien las cosas y él me quiera de verdad como yo le quiero a él...¡¡Trabajaré duro ea!!, cantaré eso de "dragones y mazmorras, un mundo infernal" y espantaré a las brujas que quieran hacerle daño...¿pero..... la bruja no era yo?.......cantaré eso de "dragones y mazmorras..."
"Tranquilo mi niño, ya está aqui tu tía Elena" le digo mientras me sonríe, de nuevo, y me cede sus gusanitos...es un buen comienzo.