Yo soy, tú eres, ella es

Me encanta observar, no es que yo sea de esas personas que están siempre en silencio, no entran en tertulia o son un bulto en cualquier acontecimiento ...(mmm..define bulto), pero sí me tomo un tiempo de espectadora porque, como he repetido en más de una ocasión, se aprende mucho o te das cuenta de que lo que creías verídico no es más que un "producto de tu imaginación".

Me llaman la atención las chicas que reniegan de los hombres, autoproclamándose emocionalmente inmunes, exentas de cualquier ápice de romanticismo y que después lloran con una canción de amor cuya letra dice poco más o menos "estaremos juntos hasta la cajita de pino, mi cucuchurru bonita". Yo no soy nadie para juzgar, pero tiene que ser jodido levantarte todos los dias repitiendote lo "Hombre-nator" que eres y que después un becario de una emisora de radio te ponga una canción que te eche por tierra tu particular juramento hipocrático. ¿Es un escudo o somos así de incongruentes?
Supongo que es la eterna discusión entre "lo que soy y lo que me gustaría ser" que ronda la cabeza, y rige los comportamientos, de todo hijo de vecino ansioso de encontrar su rol después de que pasaran las épocas de recreos en el colegio.
Ahora bien, en la intimidad todo cambia, y la Femme fatale se encuentra protagonizando el anuncio del tio que se pone a llorar porque delante de sus ojos un escarabajo se resbala...si es que todos tenemos nuestro corazoncito (aunque algunos lo quieran ahumar)
También se puede dar el caso contrario, por supuesto, y la dulzura, sensibilidad y compresión se esfuman dando paso a comportamientos que ni el peor síndrome premestrual.

En fin, ¡qué difícil es ser uno/a mismo/a! y más aún querer ocultarlo de 8:00 a 15:00 para disfrutarlo después hasta la madrugada. Yo nunca he tenido claro la hora del toque de queda, quizas por eso siempre me han dicho que estoy un poco loca, porque lo que unas se esmeran por esconder forma parte de mi carta de presentación.